"Cuando algún día los mexicanos, libres de prejuicios, reescriban su propia historia, Hernán Cortés figurará como el soldado que liberó a los pueblos indígenas del imperialismo antropófago de los Aztecas y Joel Robert Poinsett aparecerá como el embajador que esclavizó a los mexicanos a través de la subordinación ideológico-cultural." -Marcelo Gullo Omodeo, Madre Patria
Contrario a la creencia popular, el México independiente no tenía tan arraigada la hispanofobia y el liberalismo tal cual se tiene hoy en día. Es por tanto, no extraño leer y encontrase con que el consumador de la independencia, padre de la patria, dirían algunos, Agustín de Iturbide, invitara al rey legítimo de España, Fernando VII a gobernar la recién independizada Nueva España. Ante la negativa del rey, el congreso constituyente nombró a Iturbide emperador.
Es difícil hablar de Robert Poinsett, pues es tanto el daño que hizo a la nación que no sé por donde empezar. Robert Poinsett introdujo la logía masónica yorkina al país, que era completamente hispanófoba, liberal y en favor del imperialismo estadounidense. Con ella, importantes personajes, hoy honrrados como "héroes nacionales" por el Estado mexicano contemporáneo, tales como Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo, Vicente Guerrero, entre otros de los cuales se sabe que participaron en el Plan de Casamata, con el cual, el emperador es derrocado y se instaura el sistema por excelencia de Estados Unidos y la logía masónica yorkina; la república.
“La democracia es el único sistema que permite a los Estados Unidos ejercer una influencia decisiva sobre los asuntos internos de las naciones vecinas, sin recurrir a la fuerza de las armas.” -Robert E. Poinsett
Resulta, pues, que Poinsett fue un hombre extremadamente influyente dentro de la política mexicana y estadounidense por igual. Marcelo Gullo en su obra Madre Patria, relata que "héroes de la patria" como Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria y Nicolás Bravo se reunían noche tras noche en su casa, donde colgaba la foto del emperador Moctezuma a quien Poinsett describe como “Moctezuma era un príncipe ilustrado y magnánimo, que gobernaba con sabiduría y justicia a un pueblo culto y feliz”, mientras a los españoles este se refería como “Los españoles han sido los más crueles, rapaces y tiránicos conquistadores que el mundo ha conocido. Han exterminado a la mayor parte de los indios y han reducido a la esclavitud al resto”. Sin saberlo, los "héroes de la patria" fueron engañados por el fantasma de las libertades estadounidense, quien les vendió la idea de que Estados Unidos era un modelo a seguir y un aliado de México, cuando en realidad era un enemigo que quería desmembrar el país.
“Desde Benito Juárez no ha habido presidente de México que no sea masón.” -Vicente Fox, último y único presidente no-masón desde tiempos de Juárez en México
Ante la negativa del emperador Iturbide de vender los territorios del norte, Poinsett fue fijando mas y más su obsesión en Iturbide y el Imperio Mexicano. Poco a poco se integrarían a la vida política mexicana promotores de conspiraciones republicanas, como el colombiano Miguel Santa María, y los antiguos diputados a las Cortes españolas Miguel Ramos Arizpe y Mariano Michelena -organizador de las logias masónicas del rito escocés en donde surgieron los principales centros de oposición de Iturbide-. Muchos de los altos funcionarios del ejército imperial como los insurgentes Bravo, Guerrero, y Victoria, así como Felipe de la Garza estaban dentro de las conspiraciones para derrocar a Iturbide.
Las conspiraciones masónicas tenían el propósito de derrocar el imperio de Iturbide a favor de la república, pero fueron descubiertas y disueltas. Entre sus miembros había 66 congresistas, que fueron aprehendidos. El 31 de Octubre de 1822, como Emperador Constitucional de México disolvió el Congreso y nombró una Junta Instituyente, que gobernase mientras volvía a reunirse el nuevo Congreso. Este, sin embargo, nunca se reunió. Las razones de Iturbide fueron las siguientes: "...la Nación confiaba que el Congreso Constituyente dictaría leyes sabias que organizaran el Gobierno e hicieran la felicidad del Imperio... Así lo creyeron todos los pueblos, pero una desgraciada experiencia ha hecho ver que lejos de cumplir con exactitud sus deberes, entró en empeños muy distantes de su instituto, contraviniendo desde el mismo momento de su instalación a las facultades que se confiaron a los diputados por las provincias, arrogándose títulos y atribuciones que no les corresponden, y viendo con una fría indiferencia las necesidades del Estado, la administración de justicia, la suerte de los empleados, y las miserias del Ejército que de todas maneras ha pretendido diseminar, sin embargo de que muchos de los mismos diputados procuraron disuadirlo de semejantes procederes."
Santa Anna junto a importantes personajes de la logia de York proclamarían entonces el Plan de Casa Mata y así fue, Iturbide abdicó el 19 de marzo de 1823, después de haber sido presionado a renunciar al trono. Historiadores contemporáneos como Lucas Alamán quienes tomaron una postura crítica de los acontecimientos que llevaron al fin del Primer Imperio Mexicano y al inicio de la República Federalista. Alamán consideraba que Iturbide había sido víctima de una conspiración de los masones yorkinos, que eran partidarios de un sistema republicano y federal inspirado en Estados Unidos.
“El único aunque disimulado objeto del de Casa Mata fue derribar á Iturbide, á lo que concurrieron aun sin entenderlo, los numerosos enemigos que éste se había hecho con la prisión de los diputados, disolución del congreso, préstamos forzosos, ocupación de la conducta, medidas contra los españoles, proclamación y coronación de emperador, y tantas otras causas que habían ido acumulando materiales para el incendio que tan pronto se propagó en todas direcciones. Los masones, pues, desde que preponderaron en ellos los diputados que regresaron de España, siempre quisieron una República central, que dependiese enteramente de ellos ó de sus amigos y gobernada por las logias.” -Lucás Alamán, Historia de México, en el tomo II, capítulo XXVII